Virus y Pandemias


Vivimos un momento caótico. Lejos estaba pensar que las películas apocalípticas estaban a la vuelta de la esquina. El imaginario nos hizo creer que la caída vendría después del gran contagio, el último cataclismo, la invasión alienígena, pero a miles y miles de años en el futuro.


“Eso no me va a pasar a mí”, el gran himno egoísta para negar la realidad. “Eso no existe”, “No puede ser real” y antes de poder asimilarlo estábamos recluidos en nuestras casas. El miedo y la ignorancia se hicieron presentes para mostrarnos que en un final inminente somos todos contra todos, ¡Qué se salve quien pueda!

Mientras tanto, los otros habitantes de este planeta recuperan los espacios que la gran peste humana les arrebató a la fuerza. El planeta necesitaba un respiro y pienso fue amable al exigirlo de esta manera, pudo haber sido peor. La próxima vez no será tan indulgente. Al final de todo “¿quién ha sido el animal?”. [1]

Parar de la gran carrera diaria para reflexionar sobre todos los beneficios con los que contamos. Observar al otro, al que no puede detenerse y echarle una mano, ser solidarios, es lo que se esperaba de una sociedad que rescató de las ruinas a otros después del terremoto. A cambio vemos saqueos, acumulamiento de productos básicos, alza de precios, oportunismo.

Un caos económico se avecina y nuestro mentor es el consumismo. Hemos creado nuestra propia destrucción.

“Los niños que quieren crecer para comprar y vender, para vender y comprar, para usar y tirar y hacer la rueda girar y girar. Y aunque el cielo se vuelva oscuro va a girar y girar. Aunque los chicos se mueran en tu puerta va a girar y girar. Aunque tu abuela junte cartones va a girar y girar. La rueda que mueve al mundo va a girar y girar.”[2]

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[1] Larva, Los leones volverán, El día de la peste


[2] La rueda que mueve al mundo, los espíritus, Agua ardiente



El Nahual Errante

El arte de la transformación y el miedo

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