Elisa

Al fin y al cabo sólo es un ser humano,
hermoso por su profundo dolor.
Esa frialdad en sus ojos,
esa sonrisa perdida,
puramente bella,
claro, conoce el amor
pero así como lo conoció, lo olvidó.

Esa forma de decirme que no
esos labios a prueba de escozor,
esa forma de hablarme
o más bien de ignorarme,
cultiva toda mi atención.

Por favor,
que esto no sea amor.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Anécdota de otro fracaso

Culto al dolor