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Arturo

Todavía recuerdo mi reflejo en tus ojos era fácil verme con tantas lágrimas cayendo de tu rostro todas ellas en mi nombre. Hundidos en el dolor de la despedida un adiós, que sería para siempre. El orgullo se tragó mis palabras y secó mi llanto y no dejé ver lo mucho que te extrañaría. Un último rose de labios para hundir más la espina que tenías en el corazón. Me entregaste todo aquello que nos recordaría todo lo que era sólo nuestro la única forma de volver y verte mi amigo, mi amante y dejé que te fueras solo, con tu dolor. Hoy tu recuerdo me castiga cada día porque es inútil buscarte y querer volver y verte ya será el momento en que nos reencontraremos.

Culto al dolor

Yo podría beber de tus labios cada noche, dejarme envenenar por esas palabras que saben muy bien como empalagarme el oído, pero tu nombre siempre ha sido sinónimo de desilusión. ¿Cómo puedo defenderme de tus caricias? Podría postrar mis sueños a tus pies, un simple esclavo de tu seducción, tan débil a esa sonrisa tuya que me arrebata el alma, la razón. Eres un culto al dolor, un ritual de lágrimas y aun así aquí estoy yo creyente de los besos que profesas, de la felicidad que prometes y no llega.

Juramento

Esta noche juré con mi sangre escurriendo de entre mis venas, con mi llanto brotando del corazón, iracundo, casi venenoso del odio que emanaba de todo el cuerpo, frente al crucifijo, sobre el pentagrama y la figura de la muerte iluminada por aquellas velas, después de burlarme del amor y satisfacer todos los placeres por el simple gozo de poder, después de una hora bien pagada, de sentir sucio el corazón y ebria a la razón. Juré frente a esas tres imágenes no volver a dar el alma, herida de orgullo, de amor, de soledad, de fracasos y quitarme la vida antes de volver a ser feliz .

Claro de luna

Todavía está el piano de la vieja sala de música. Aquel donde aprendí a tocar para ti, para tu dulce sonrisa colmada de melancolía, para que sólo pensaras en mí. Quién sabe en que pasados te adentrabas, qué demonios liberaba. Yo sólo tocaba para ti y tu profunda desdicha. A veces, entre algún piano y yo, me siento a recordarte con mis dedos. Quién lo diría, ahora soy yo quien desato diablos y me adentro en pasados tocando Claro de Luna.

5

Juguemos a que nos amamos y luego olvidémonos como si nos interesáramos.

Un día así

Un día así, el sol cayendo, justo en el ocaso, lluvioso, triste, melancólico, me recuerdan mucho a ti. Un día así, reviven la nostalgia de la adolescencia, del primer amor, del primer dolor. Tus ojos que fueron mi tortura un día, tu voz que absorbió mis palabras, y tu crueldad que me arruinó, y sigue arruinándome. Un día así entendí que no eran para mí tus labios y sólo el rencor, quedaría como el lazo para volver en el recuerdo un día. Un día así disfruté de mi soledad y le acogí como compañera, resignada al olvido. Un día así y muchos como éste te lloré con la rabia en la garganta y la resignación en los puños. Un día así, quise desaparecer Y comenzar de nuevo. Un día así, me recuerdan mucho a ti.

Elisa

Al fin y al cabo sólo es un ser humano, hermoso por su profundo dolor. Esa frialdad en sus ojos, esa sonrisa perdida, puramente bella, claro, conoce el amor pero así como lo conoció, lo olvidó. Esa forma de decirme que no esos labios a prueba de escozor, esa forma de hablarme o más bien de ignorarme, cultiva toda mi atención. Por favor, que esto no sea amor.

El principio del holocausto

El silencio me dejó claro el dolor punzante tu aturdimiento. Una nueva herida en tu pecho con mi nombre grabado, y es que hubiera preferido tus gritos o tus reclamos... miento, pero yo ya no podía guardármelo la verdad,  la verdad que todo padre desea no escuchar. ¿Y qué sigue después del holocausto? no veo que vaya a tener un final feliz bienvenida, ¿no es esto lo que andabas buscando? me temo que no puedo cambiarlo las reglas del juego ya estaban aquí. Todos cerraron sus puertas fueron a meditar la cruda verdad ¿Podrán mirarme a los ojos después de esto? lo dudo, años y años de soledad no pueden curar en una noche lo que por miedo tuve que ocultar. Duerme si es posible la mañana llega como continuación de la horrible noche se abren las puertas a un lugar terrible, ya era tiempo de que me tuviera que marchar.

Resaca

Porque después de satisfacer al cuerpo y un poco al corazón con esos rostros alegres y falsos queda este abandono inminente servido en un trago de ron, en un cigarrillo y en estas letras que intentan calmarme un poco. Queda la boca seca, y el dolor punzante en la llaga que promete no cerrar jamás. Queda esta culpa de olvido esa forma de decirnos que ya no y estas lágrimas que prometen cura. Porque sólo queda esta resaca de soledad y el paso que lleva a otra noche llena de ironía de mentiras, de falsedad sólo queda eso, tu nombre, en cada labio que beso.

4

Que poco duras ya entre las venas, que poco sueles consolarme ya. Mi dulce magia te has ido, ya no eres suficiente para curar el dolor del cuerpo, mucho menos del alma y aun así sigues quemando como la primera vez.

3

Es en este punto donde mi locura divaga por horizontes inalcanzables a la razón cuando me doy cuenta del motivo de mi interminable desdicha.

2

Hola, ¿Quién soy?, TIC TAC TIC TAC, se acaba el tiempo, una sombra, un nombre y un mal recuerdo, TIC TAC TIC TAC ¿Quién soy?, llanto, dolor y sufrimiento ¿Recuerdas? TIC TAC… Me hubiera gustado escribirlo en el lugar correcto…

1

Cómo trago esta melancolía que se ha alojado en mis labios, otros no sirvieron para invocar al olvido, mucho menos al perdón. La piel, dudo que satisfaga mis ansias que un día supe manipular a mi antojo. Simplemente nada tiene fondo, este sin duda es el purgatorio. Redención... eso ya no es para mí.

Incluso

Incluso si no es amor, sólo quiero estar atada a ti, justo así, justo en este momento, y que si la soledad deja salir un te quiero sabemos que no es verdad, no tenemos porque sentir más que el cuerpo. Dejemos que la noche se haga eterna simplemente es un sueño un bello sueño incluso si no es amor sólo es un sueño.

Donde se cura el amor

Pude ocultar la soledad tras una risa burlona sé lo que soy, la mentira que sólo dará placer por un rato aquí no existe el amor, fue la soledad de ambos cuerpos los que nos unió. Los besos aquí saben amargos, saben a paz y a olvido saben a redención. Aquí no existirá un presente, no existe el pasado siquiera el recuerdo de la noche anterior. Aquí, solo existe el error que mañana se borrará del cuerpo dando paso de nuevo a los demonios internos amedrentándonos, culpándonos, llenando de ira a la poca razón que queda a la poca vida que queda. Aquí las palabras dulces duran minutos solo para empalagar al oído un rato, para dejar dispuesto al cuerpo, para cerrar los ojos y el corazón y olvidar las mentiras que el amor nos ha dicho tantas veces. Aquí es el infierno, donde venimos a curar las heridas con cuerpos igual de dañados, con el mismo dolor punzante en el alma, con sonrisas falsas, aquí, es donde venimos a curar el am