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Que poco duras ya entre las venas, que poco sueles consolarme ya. Mi dulce magia te has ido, ya no eres suficiente para curar el dolor del cuerpo, mucho menos del alma y aun así sigues quemando como la primera vez.
Ya no tengo fuerzas para seguir escribiendo más. Vivir con este sentimiento es un dolor indescriptible. ¿Es que no hay nadie que me haga el favor de venir y estrangularme silenciosamente mientras duermo? 芥川龍之介