Entradas

Mostrando entradas de 2017

Top 5 de los mejores momentos de terror en la literatura contemporánea

Imagen
Cuando me invitaron a crear este top 5 inmediatamente me sentí abrumada por todos los autores titanes representantes del relato de miedo exigiéndome tomar el puesto número uno. Desde mi percepción del miedo, releí algunos títulos cortos de Edgar Allan Poe, Lovecraft, Stephen King, Amparo Dávila y Francisco Tario. Por lo que decidí que la disputa a este número uno era imposible determinarse y que sólo provocaría una lucha de gigantes. Así que para este top decidí dejar fuera a los grandes clásicos y tomé autores poco conocidos pero que han dejado una gran impresión en mi lectura, como fiel amante de lo siniestro y del horror. Para hablar de la sensación de miedo es necesario hablar primero sobre lo Unheimlich, término que Sigmund Freud define con precisión en el ensayo Sobre lo siniestro a partir de un estudio semántico y con el cual explica que esta sensación de angustia e inquietud se da a partir de la transformación de un elemento familiar en algo completamente distinto, la c

El Nahual Errante #1: Bienvenido a mi morada. Entre libremente, por su propia voluntad, y deje parte de la felicidad que trae.

Imagen
Los inicios siempre son emocionantes y no hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla. Algo teníamos que hacer con nuestras asquerosas vidas, más allá de trabajar y perdernos en la rutina del día a día. Aquí está nuestra propuesta, nuestras letras y nuestra extraña manera de concebir del mundo. El Nahual Errante está vivo y está compuesto de todas las partes inmundas de la literatura que la academia desprecia. Nosotros no somos dignos a la crítica rigurosa, pero somos la razón, el detonante para futuros y hambrientos lectores con toda una escuela de autores cíclopes a nuestras espaldas.      Hablar de “la literatura de lo insólito” es referirse a esos géneros que la literatura canon ha tachado de menores, debido a que prioriza el entretenimiento antes que “el buen gusto”. ¿Realmente “la literatura menor” no tiene otro fin más que el de ser una fuga de la realidad y entretener? No. Puedo afirmar, con gusto, que los puristas se equivocan y que cada tópico que encierra esta “liter

Anécdota de otro fracaso

Me tomo el tiempo de escribir esto para purgarme de ti. Eso de morir de amor ya me resulta ridículo y hablar de dolor estoy más que cansada. Quererte fue un instante de alegría, ya no tengo 20 años para no entenderlo. Conozco mejor que tú el fondo del vaso y los bares de paso. Conozco bien las alegrías de una noche y el “te quiero” que se escapa por error. Pero besarte… besarte fue engañarme, bajar la guardia y olvidarme del porqué permanezco sola. Besarte fue sonreír de nuevo frente a unos ojos que me miraron sin odio. Besarte fue el acto más egoísta que he hecho y del que no me arrepiento. Besarte, mi amor, fue permitirme olvidarme de mis demonios que me atormentan en cada trago. Pero la cruda siempre llega y con ella el dolor de cabeza y el arrepentimiento. Con ella viene el juicio que se perdió por alegría de la noche fugaz, el antro y las personas que no volveremos a ver pero que fueron buenos camaradas nocturnos. No sólo tú despertaste con resaca. Mis barreras se levanta

Pensamientos inútiles #3

Eso del amor es complicado. Aún con los fracasos acumulados sigo sin tener idea para qué carajos nos enamoramos. Ella, que ha ocupado varios nombres, sigue sorprendiendo mi ingenuidad apareciendo por todos lados, apantallándome como la vez primera que la vi en aquellos ojos y esa sonrisa burlona. Cambia de forma, de nombre, de risa y duele de la misma manera que la primera vez. Algunas veces lleva un sólo nombre y me dejo desgarrar la piel y me someto a su dolor porque en su rostro acepto la mentira que más me aterra creer. Ella encarna mi debilidad y la felicidad dañina que añoro. Nunca se queda porque entendimos que de eso se trata el estar juntas. Otras tantas la confundo con lujuria y me aturde los sentidos momentáneamente. Me confunde la soledad. Otras veces es paz y tranquilidad pero nunca se queda por mucho tiempo. Ella que no tiene nunca sentido alguno. Ella que se va y viene y me harto suelo reemplazarla con alcohol.

Bitácora de una derrota en potencia. #1

No me malinterpreten cuando hablo de suicidio, pero la muerte me hipnotiza. La amo más allá de la devoción. Ando con fronteras en los brazos que marcan límites a mi demencia, en su mayoría cicatrices de guerra de batallas perdidas. Hay tanto escrito por locos. Yo que juré no volver a escribir de mí si no es a través del otro. Yo que prometo tanto y no cumplo nada. Hablar de dolor me cansa. De eso ya he tenido toda la vida y lo que me falta. De eso están hinchadas mis cicatrices y de porquería mental. Yo, el suicida, ando con la derrota en la muñeca. No morí, pero algo murió ese día, algo necesario, imprescindible que ya no necesito más. Disculpen mi tristeza y mis pocas ganas de vivir, pero nací con demonios en la cabeza. Así que no me hablen de las alegrías de la vida porque no las entiendo y no deseo comprenderlas. Escribir es una forma de vómito que a veces me permito. No, no me malinterpreten cuando hablo de suicidio. Sólo aquellos que han estado ahí por gusto pro

Pensamientos inútiles #2

¡Dios! Recuerdo rogarte paz y perdón por todo lo que yo no tenía culpa. Recuerdo llorar todas las noches suplicando que se detuviera.  Tenía 11 años y mi mayor deseo era quedarme dormida y no despertar más.  Siempre llegó la mañana y con ella el miedo y la resignación. Los golpes, la sangre y todo el puto dolor. Sólo tenía 11 años y se me obligó a soportar y a encarar. Se me obligó a ser fuerte. Dios, yo que tanto te amé y tú que ni siquiera conoces mi nombre, una noche, buscando consuelo en lo que sea que me prometiera un poquito de paz hice un trato con un Dios distinto. Recuerdo la noche, el ritual y las velas. Recuerdo la sangre y los primeros cortes. Recuerdo que mi ingenuidad me llevó a creer en cualquier cosa menos en ti, incluso rendí culto a ese falso Dios de jeringas y polvo en la nariz. No recuerdo que fue lo que esa noche di a cambio de lo que no pudiste siquiera escuchar. No sé siquiera si ese otro Dios se compadeció de mí, pero ya no

Tras la puerta

Los fantasmas te torturan cada noche. Cansado de la inútil existencia que llevas y esas malditas pesadillas te están volviendo loco. Todavía tienes los brazos vendados, las heridas todavía no sanan y las pastillas que siguen sin hacer efecto.        Siempre es el mismo sueño: tú, caminado sobre el pasillo estrecho ni una sola luz sobre él. Frotas las paredes para no caer y al final del pasillo su puerta. —No vayas.        Esas voces, nunca le hiciste caso a esas voces y cuando sólo empujas un poco la puerta la ves a ella, besando a aquel otro que no logras distinguir quién es. Le dice "te amo" mientras le frota el miembro listo. Se lo lleva a su boca, hasta el fondo de la garganta, se ahoga pero continúa con la felación. Los miras, ellos, ignorando tu presencia, continúan. Sus movimientos aceleran. Él la toma de la cabeza con ambas manos. Se miran. Deseas gritarles que se detengan, pero la excitación sube por tu entrepierna con sólo verla. Él llega dentro de ella. Ell

A la Puta que fue mía

Mujer, tú que no buscas más que mi dinero, quiero que cada beso y gemido que sale de tu ser cuente para mi cuerpo. No estoy aquí buscando sólo saciar mi lujuria. Busco compañía en la cama, pero no amor, esos fetiches mundanos dejémoslo a los idiotas. Esta noche es fácil o eso crees, porque no sabes nada de mí, porque soy mujer, porque nada puede pasar, pero no me conoces, mujer. No sabes que antes de subirte al carro yo ya te deseaba. Te ríes de mí porque aparento inocencia y muchos años menos. No sabes, amor, lo hambrienta que estoy de tu cuerpo y las ansias que tengo de quitarme la soledad en tus senos. “Tranquila”, me dices, mientras juega mi lengua con tus pezones y hundo mis dedos dentro de ti. Gimes, es parte del acto y yo quiero creerlo. Las putas no besan y la verdad no se me antojan tus labios. Yo busco que me necesites o por lo menos lo finjas. No me gusta darme cuenta de los engaños. Lo haces bien, pienso, cuando tus uñas se hunden, cuando me muerdes. Tus manos bus

1-1

Nos hicimos daño porque no entendemos el amor de otra manera. Si todo nace del engaño con consentimiento de estafa la demencia me dejó ceder a tus tribulaciones mentales. Mentira tras mentira tras mentira. ¡Qué felicidad era aquella! Nos creímos la farsa. ¿Recuerdas? ¿Qué carajos era todo eso? El infierno era nuestro porque nosotras lo creamos a nuestra imagen y semejanza. Nunca tuya nunca mía siempre de otras. Nos gustan los juegos sádicos las sonrisas echas con bisturí, las gotitas de sangre manchándolo todo, los rasguños, las drogas y el alcohol. Si te quitas esa mascara deforme, que me encanta tanto, yo dejo mi odio y la soberbia. Mirarnos a los ojos por vez primera con las llagas frescas, con las heridas abiertas, al natural ¿no es ese el amor más puro? Tus besos siempre me destrozan porque siempre saben a final. Te he visto irte otras veces y nunca sé cuándo será verdad. La última vez dijiste: Tal vez, en o